Sábado noche, sin ganas de salir (ni falta que hace, al menos hoy). Incertidumbre en cuanto a los asistentes, ya que hay quien dice que viene y no viene, y también hay quien viene avisar que venía. Cuando parecía que éramos cuantro, llega un quinto. El listado queda así (por orden de llegada): Raul L, Juan Carlos Corion, Mikel, Juan Elías y Juan José B.C.

Casi todos los juegos que llevamos eran para cuatro jugadores, sin embargo Caylus si permitía hasta un quinto jugador, por lo que no hubo que estar pensando si jugamos a este o a aquel.

Caylus

Nos sentamos y tras un mínimo setup (¡qué maravilla los juegos de aquella época!) es de obligado cumplimiento hacer una explicación de reglas. Los detalles, después de tres años de la partida más reciente, se rellenan con una consulta al reglamento.

Los primeros turnos se caracterizan por una mala elección en los primeros edificios marrones a construir, lo que marcó una escasez de materiales. La diversión vino de manos del preboste, que dejó varias casillas inactivas. También hubo un poco de confusión a la hora de entender si el oro era recurso comodín o no.

A partir del turno cuatro o cinco, ya iba la partida rodada en cuanto a dudas de reglamento, y casi también en cuanto a estrategia por parte de todos. Pasa lo de siempre, primeras partidas se notan frente a quienes ya cuantan sus partidas por docenas.

Sigo viendo, y creo que ayer la mayoría de los jugadores también lo percivieron, que se acaba demasiado pronto, sin llegar a cubrir todas las casillas del ‘camino’.