Otra vez, otra vez.

Otra vez quedada masiva (si es que a menos de 20 personas se puede llamar ‘masiva’). Otra vez sangre en el campanario

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Se porpuso partida a Blood on the Clocktower, y para ello se hizo necesario buscar aldeanos por todo el pueblo (valga la redundancia), incluso por el extraradio de Tierra de Barros. Y finalmente acudimos a la cita catorce> interesados, de los cuales solo dos conicen el juego, por lo que es obligatorio hacer una explicación exahaustiva de todo: ambientación, reglamento, votaciones, y lo más importante, los roles de los personajes.

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Se desarrolló en las intalaciones del Espacio para la Creación Joven de Almendralejo, que nos cedieron la pista central para esta actividad, y nos vino muy bien porque en las fases de noche el ruido ambiente ayudaba a camuflar los movimientos del narrador, y también ayudó a la movilidad de los jugadores, al no vernos enclaustrado en una sala más pequeña.

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Al principio hubo sangre simplemente porque ‘patata’, lo que conducía a que se asemejara al clásico Hombres Lobo de Castronegro, sin embargo, la calma y la serenidad llegó al grupo y finalmente la partida se convirtió en lo que es: búsqueda de información veraz, contrastarla y esquivar las manipulaciones de los esbirros; que es lo que le da sentido a este juego. A parte de la fe.